Vidas artificiales
- Homero Escamilla
- 13 nov 2017
- 1 Min. de lectura
Pasamos la mayor parte del tiempo encerrados en nuestras casas, oficinas y autos.
Nuestro concepto de "salir" es ir a encerrarnos a un cine, restauran o a casa de alguien más.
Es más común que los alimentos que consumimos provengan de una fábrica que de la naturaleza.
No nos gusta congregarnos temprano en domingo para ir a dar gracias a Dios, pero sí pasamos la noche en velo para comprar un teléfono, un videojuego o para el estreno de alguna película.
Cada vez tenemos más amigos "de facebook" pero menos relaciones significativas. Nos apremia más publicar nuestras experiencias que vivirlas. Pasamos horas y horas viendo la pantalla de nuestro teléfono.
"Disfrutamos" de la vida solamente en días de descanso pero el resto de los días nos "apagamos".
Y luego nos preguntamos por qué nos agobian el estrés, el miedo, la tristeza, la ira, la frustración, la impotencia, la insatisfacción y el cansancio.
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