Desplazamiento
- Homero Escamilla
- 17 oct 2017
- 1 Min. de lectura
Cuando era niño, si me caía, si me ensuciaba, si gritaba, si me hacía pipí en la cama, si me llamaban la atención en la escuela, mi mamá siempre me pegaba. Recuerdo que tenía miedo de que se me cayera un vaso de las manos porque me había dicho que si me volvía a pasar me las iba a cortar. A veces me decía que yo no era su hijo, y que yo no servía para nada. Me dejó de pegar cuando cumplí 16 años. Con el tiempo comprendí que todo fue por mi bien y ahora mi mamá y yo llevamos una buena relación. Ese no es mi problema. Mi problema es que no puedo conseguir trabajo. Cuando tengo una entrevista, me despierto temprano, me baño y me rasuro, me pongo mi traje, estudio mis notas para la entrevista y me salgo de casa con tiempo suficiente. El problema es que poco antes de llegar me asalta un miedo terrible y me hago preguntas como ¿Y si la riego?, ¿Y si no se que contestar?, ¿Y si me va mal? Por lo general nunca llego a mis entrevistas. Siempre hablo para disculparme por no poder asistir. Una vez me quedé 1 hora afuera de la oficina en donde me entrevistarían hasta que me di la media vuelta y me fui. ¿Qué puedo hacer? Ya tengo 30 años y necesito valerme por mi mismo. (Caso de estudio).
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